A tod@s nos ha pasado. Estrenamos una nueva crema facial con muchísima ilusión y ganas y a los pocos días pensamos “no noto los efectos“. Primero de todo tenemos que decirte algo: la cosmética no es milagrosa y nunca debería venderse como tal, por eso lo más importante es saber dónde has puesto tus expectativas porque probablemente estés juzgando los resultados de tu nueva rutina facial en base a un resultado poco realista. Las arrugas no desaparecen de golpe, el acné está causado por muchos factores y muchos de ellos no pueden controlarse solo con cosmética y así con todas y cada una de las preocupaciones más frecuentes. La piel es un órgano que va cambiando a lo largo del tiempo, que sufre alteraciones debido a la exposición a agentes externos como el clima, la contaminación, la exposición al sol y por supuesto refleja nuestro estado de ánimo y de salud. Debes tener todo esto en cuenta antes de valorar los resultados de tu nueva crema facial.
Igualmente, te contamos alguno de los motivos por los cuales podrías no ver los efectos de un cosmético:
1. Tiempo insuficiente. Los efectos de la cosmética suelen ser visibles a medio/largo plazo. A excepción de aquellos que sean “flash”, los tratamientos para el cuidado de la piel requieren un tiempo para actuar y notar todos sus beneficios. Usa tu nueva crema durante varias semanas para poder valorarlo.
En algunos casos puede tener efectos no esperados los primeros días, como por ejemplo cuando usamos una crema con retinol. La piel se adapta a este activo transformador y durante el proceso tiene lugar lo que se llama “purga”. Puede ser que aparezcan granitos inesperados. A no ser que notes picor, escozor o algún síntoma relacionado con una reacción alérgica, no debes preocuparte.
Para ver el efecto real de la crema es aconsejable que hagas una foto antes de empezar y otra a las pocas semanas. Al vernos la piel a diario es muy difícil notar las cambios, las fotos te ayudarán a verlo más fácilmente.
2. Expectativas poco realistas. A veces, nuestras expectativas pueden ser demasiado altas en cuanto a los resultados de un producto. Si esperas ver un cambio dramático en tu piel después de usar una crema facial es probable que lo único que consigas es decepcionarte. La cosmética tiene la capacidad de mejorar la piel pero hay cosas que no puede cambiar o modificar, por eso es tan importante saber juzgar los mensajes que recibimos de las marcas de belleza. Nunca deberíamos depositar nuestra confianza en un cosmético que promete hacernos viajar en el tiempo: “Después de usarla te verás 10 años más joven”.
3. Uso incorrecto. Las instrucciones de uso son importantes y seguirlas es fundamental. Si no estás aplicando la cantidad correcta de crema facial o no la estás usando con la frecuencia adecuada, es posible que no veas los resultados que esperas.
4. Tipo de piel. Cada piel es un mundo y cada persona puede reaccionar de manera diferente a un producto de cuidado facial. Si tu piel no está respondiendo bien a una crema facial en particular, puede ser que simplemente no sea adecuada para tu tipo de piel. Por eso, cuando vemos un producto que nos encanta, debemos leer primero las indicaciones y ver para qué tipo de piel está recomendado. Recuerda: la crema favorita de tu mejor amiga puede ser una mala elección para ti si no tenéis el mismo tipo de piel. Si no sabes cuál es tu tipo de piel, te damos algunos consejos en este post.
5. Otros problemas subyacentes. Nuestra salud y nuestro estado de ánimo se reflejan directamente en nuestra piel. Puedes usar la mejor crema del mundo, pero si estás pasando por un momento de estrés por ejemplo o tienes algún problema o patología es probable que no veas los resultados que esperabas de tu nueva crema.
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